Esta paloma no conoce diluvios
No sabe de Arcas
Ni de altares de piedra y holocaustos
Esta paloma ignora el naufragio de la luz
La imposibilidad de la palabra
Los signos escritos y borrados por el viento
Los pasos perdidos de la arena
Sabe de los raudales de claridad del día
De las espumosas ondas del mar
Que dicen su nombre
Cuando sopla el aire fresco
De la lluvia que vacía las populosas plazas
De los portales semioscuros de la tarde
Esta paloma como el mundo
Surge de la penumbra
Del albor de sus alas
Amanecen las blancas ciudades del día
Han pasado siglos
Y no ha faltado tierra
Donde descansar su vuelo